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“Primer”

Posiblemente la pelí­cula que más me ha impactado en estos últimos meses (por no decir años) sea «Primer», de Shane Carruth. Además, la vimos en un multicine «oculto»en el Barrio de Alicante, ya que al parecer no es una pelí­cula que le interesa al gran público como para ponerlas en los yelmos o cineboxs de siempre, cosa que me alegra porque indica que se aleja de la basuraque se pone últimamente en los cines.

La pelí­cula ha sido creada, dirigida, producida y protagonizada por Shane Carruth, un ingeniero de 31 años que se aburrí­a en su trabajo. Menos mal, porque el resultado es una joya en forma de hora y diecinueve minutos que hace que no la olvides en muuuucho tiempo.

Y es dura. La primera vez que la vi me perdí­ prácticamente a mitad de la peli. La forma de contar la historia es cercana pero no puedes dejar escapar el mí­nimo detalle. Además, el tema es uno de mis preferidos: la fí­sica de los viajes en el tiempo y las singularidades es uno de los temas que más me gustan (quizás debido a Star Trek, cosas de la vida). Además, casualmente me estoy leyendo un excelente libro que trata sobre el tema, de Richard Gott, una auténtica personalidad dentro del mundo de la astrofí­sica y las matemáticas.

La pelí­cula trata de dos ingenieros que descubren, queriendo crear una máquina que disminuya el efecto de la gravedad sobre la masa de un objeto, que han creado una máquina del tiempo. Una máquina del tiempo ésta vez no montada en un Delorean, ni sobre una gran silla rococó del siglo XIX con forma de cafetera dorada: es una máquina, sin brillos y con muchos cables. Además, la máquina cumple con el Principio de Congruguencia: sólo se puede viajar al pasado con una máquina del tiempo desde el mismo momento en el que la máquina se inventa y se pone en marcha. Es decir, según la fí­sica moderna (y esto es ciencia, no ciencia-ficción) una máquina del tiempo inventada hoy no podrí­a crearse, por ejemplo, para viajar a 1984 y correr a caponazos a Bill Gates cuando copió el Mac OS (lo cual darí­a lugar a paradojas muy interesantes jejeje)…

Así­ que lo que hacen es usar la máquina para ganar dinero… aunque luego se dan cuenta de que con ella, pueden conseguir casi lo que se propongan…

Es una pelí­cula que hay que ver. Yo ya la he visto varias veces y cada vez es más interesante (ya sé lo del padre de Rachel, Ramón, creo que lo entiendo… creo). Lo mejor de todo es que después de verla puedes seguir pensando en ella y volver a verla pareciéndote otra peli. «Tags» interesantes de la peli: los auriculares de Abe, «copias de copias», el dispositivo de seguridad… aunque estoy seguro de que todaví­a me quedan muchas cosas por descubir de ésta auténtica obra maestra.

Una sorpresa maravillosa en forma de pelí­cula que si te gusta la ciencia y tienes ganas de calentarte la cabeza, sabrás apreciar. Los espejismos como éste, dentro de la carretera cinematográfica, son los que le hacen pensar a uno que todaví­a quedan buenas pelí­culas por ver, innovadoras, agresivas, carismáticas, persistentes.

Justo al contrario que todo lo que hay en cartelera hoy.

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